El rol del Espíritu Santo en las vidas actuales

Entre las consultas que usualmente son planteadas por los creyentes del cristianismo, aquella que está relacionada con la importancia del Espíritu Santo es una de las más relevantes, teniendo en cuenta que no siempre se hace mucho énfasis en ello al momento de educar a quien se está formando en Cristo.

En ese orden de ideas, conviene estudiar en detalle cada una de las características que distinguen al espíritu santo y que lo hacen tan importante para las vidas de los creyentes en la actualidad, máxime que se trata de una época en la que las guías espirituales se están desvaneciendo.

El rol del Espíritu Santo en las vidas de la actualidad

Si se piensa en detalle cada uno de los dones que fueron otorgados por Dios a la humanidad, no debe haber duda alguna respecto a que la presencia del Espíritu Santo es el más grande de todos, ya que participa en cada una de sus funciones y actividades.

En primera instancia se resalta que trabaja directamente en el corazón de cada una de las personas sin importar el lugar en el que se encuentren. Ten en cuenta que el mismo Jesús les mencionó a sus discípulos que Él se encargaría de enviar al Espíritu  para que el mundo se convenza de sus pecados, justicia y juicio.

Ahora bien, en cuanto una persona pasa a ser salvada y pertenece a Dios, el Espíritu pasará a morar en su corazón por siempre, sellando de esta manera la confirmación y por ende certificando que el alma de esa persona se ha suscrito en un estado eterno con el Creador.

Por otro lado, una de las funciones del Espíritu Santo que también debe destacarse es su capacidad para revelar la verdad. En ese sentido, el Espíritu vive dentro de cada quien para permitirle comprender y a continuación interpretar la Palabra de Dios, ya que de una u otra manera actúa como un intermediario para el análisis del mensaje divino.

En lo que respecta a la concesión de dones, el Espíritu Santo lo hace con los creyentes para que puedan funcionar como parte del cuerpo de Cristo en el mundo. Es por ello que aunque hay dones pequeños, cada uno es brindado por el Espíritu para que seamos sus embajadores en la Tierra.

En conclusión, aceptar y vivir con el Espíritu Santo es más que un motivo de conocimiento, pues se trata de un acto de fe.

jomarto3 Autor

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