La dipirona para el manejo del dolor

Establecida como un analgésico no narcótico, la dipirona que es el mismo metamizol, se consolida como un medicamento de uso masivo perteneciente a la familia de las pirazolonas, el cual es especialmente utilizado en las salas de emergencias, ya que tiene la virtud de mejorar prontamente síntomas como el dolor, los cólicos y la fiebre, sin embargo, debe tenerse en cuenta que no representa solución para el origen de la problemática como tal.

El principio activo de este fármaco, es el metamizol sódico el cual algunas veces puede ser magnésico, siendo por consiguiente, altamente efectivo al momento del manejo del dolor que oscila entre leve y moderado. En cuanto a su presentación, es posible encontrar en el mercado, pastillas, capsulas, soluciones inyectables, supositorios y jarabes, de igual manera, su nombre puede variar de país a país siendo algunos de los más populares: nolotil, metalgial, algi mabo y antalgina.

La dipirona como analgésico

Como la respuesta fisiológica que ocurre cuando se da alguna clase de daño en el cuerpo, el dolor es una experiencia desagradable que suele responder bastante bien ante el consumo de analgésicos, y dentro de estos, la dipirona se ha hecho muy conocida por el alivio que ofrece ante el dolor postoperatorio, la migraña, el dolor por cólico, dolores dentales y el dolor por el cáncer.

Siempre y cuando el paciente acceda a la dosis y frecuencia óptima para la toma de dipirona, su eficacia puede ser igual o superior a la del ibuprofeno, y sin que esto represente tantos efectos adversos como se mencionan una y otra vez, pues la verdad es que la automedicación tiene mucho que ver al momento de la consolidación de daños colaterales.

Desde su papel como analgésico antiinflamatorio, la dipirona a pesar de los muchos cuestionamientos que le acompañan, no deja de ser un recurso válido siempre y cuando se encuentre soportada por la correspondiente receta médica.

Los medicamentos para aliviar el dolor

Al momento de elegir un medicamento, es crucial evaluar la relación existente entre beneficios y riesgos, pues lo cierto es que todos los fármacos presentan contraindicaciones y efectos secundarios, aunque por supuesto, unos en menor medida que otros.

Debido a que cada persona evidencia características y necesidades distintas, los medicamentos para aliviar el dolor a los que acuda, deben ser recomendados por el médico de cabecera ya que, de lo contrario, se podría caer fácilmente en zonas de peligro con la fuerza para alterar por completo el bienestar.

jomarto3 Autor

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