¿Alguna vez has tenido a alguien que robe algo que consideras valioso o irremplazable? Si hubieras sabido cuándo ibas a perder esos artículos, habrías estado mucho más atento para protegerlos, ¿verdad? Pues bien, la realidad no es tan simple. Por eso Jesús enseñó la parábola del ladrón en la noche a sus discípulos.

Lo primero que hay que preguntarse es ¿Por qué Jesús se compararía con un ladrón que irrumpe en una casa? En realidad no lo hace. La conexión que quiere que hagamos es la sensación de decepción y pérdida por no estar preparados. Este es un tema que Jesús abordó mucho y lo vuelve a hacer en la Parábola del ladrón en la noche.

La parábola del ladrón en la noche

En la parábola del ladrón en la noche el dueño de la casa ha sido llamado y ha puesto a sus sirvientes a cargo. Están manejando los intereses del dueño en su ausencia. Cada sirviente tiene una responsabilidad distinta. Uno incluso tiene el trabajo de vigilar el regreso del propietario.

El descanso no es el problema. No se espera que los sirvientes atiendan los asuntos de su amo las 24 horas del día. Dormir representa una actitud displicente hacia sus deberes. Es una señal de que han perdido el rumbo. El amo regresará y se encontrará con que su casa se ha desorganizado.